Ayer arranqué de nuevo mi hueco de tu cama. Escudriñé rincones buscando tapar un sexo que aún jugueteaba con palabras cansadas. Me llevé mis manos y las últimas sobras de café. Cogí tabaco y calcetines.
Robé órganos.
Dejé en cambio, mi amor, mil pensamientos hechos confeti. Palabrotas de un corazón resfriado que sólo estornuda letras sobre el cenicero, letras cortadas por el miedo. Dejé también ropa sucia y mi olor en tu toalla.
Hoy mi cama me pregunta por ti. Ella casi no te conoce. No sabe de tus dedos ni de tu espalda. Tu humor, tu voz, tus uñas y tu pelo se ahogaron en una sola lavadora. Tú tampoco recuerdas el color de sus sábanas, ¿verdad?
Pero mi almohada sí que recuerda. Y su alma huérfana me castiga susurrando tu nombre. Esta noche más de lo normal. Definitivamente ella te recuerda, cariño. Se debate entre lo onírico y lo real, el mito y las legañas. Pasado y presente. Y claro, no sabe qué sentir.
Pero siente. De verdad siente.
Somos camas deshechas de emociones derramadas y un solo sudor que no sé si beber o guardar en la nevera.
Creo que..en estos casos, lo mejor es cambiar las sábanas, lavar con suavizante y sacudir, bien fuerte, fuertemente las alfombras que aun sienten el tacto de sus pies,
ResponderEliminary dejar, dejar pasar..
El tiempo en estos casos es el mejor detergente, en serio...
ResponderEliminarBesicos con suavizante
bienvenida de nuevo
ResponderEliminarYo también tengo una cama un poco... cómo decirlo... ¿ciclotímica?
ResponderEliminarBess
L.
Tienes la casa desordenada, hecha un desastre…al menos no hay cadáveres en la nevera, de lo contrario no te plantearías guardar el sudor ahí dentro. Pero igual deberías vigilar eso de tu cama y tu almohada, que se lo hagan mirar, para mí que te están cosificando, haciendo todas esas preguntas por ti, robándote los recuerdos. Supongo que la luz es más indómita que la casa, pero igual…
ResponderEliminarEso de mezclar el tabaco con los calcetines te ha salido muy Cioran.
Pilar: Los pensamientos y recuerdos son necesarios para nuestra propia identidad...a veces nos duelen y otras forman el caos de la nostalgia...Quizá sea mejor darse un golpe en la cabeza y olvidar...o sino: coherencia y sentido común...Abrazos cálidos de encuentro y mestizaje
ResponderEliminarEstoy con Belén. Limpieza y a empezar de nuevo.
ResponderEliminarBesos planchados
Has probado lavar la almohada con el Dixan de Pablo García Casado???
ResponderEliminarImpresionante texto!
las rupturas tienen algo de desgarrador, de parches, de nostalgia mal entendida. echar de más y echar de menos. lo malo de romper son las ganas de volver.
el sudor es mejor que se evapore: así las feromonas se diluyen en el ambiente y se comparten con mundo mundial!!!
Todo centrifuga ahora...
ResponderEliminar